Si viaja a esta ciudad, es imposible no hacer una recorrida por Marienplatz, el centro neurálgico, siempre atestado de turistas. El mejor plan: sentarse en la terraza de alguno de los bares de la plaza y, cerveza en mano, disfrutar de la vista de uno de los espacios más famosos. Y si de fama hablamos, el Jardín Inglés es el parque más extenso de la ciudad, donde los residentes y turistas se unen para disfrutar de las arboledas y los senderos, y para apreciar a los surfistas bailar sobre las olas.